En mi primer año en la universidad llevé una materia, de cuyo nombre no me puedo acordar, para la cual escribí un ensayo como requisito de examen final. Aquí está tal cual como lo escribí, hace ya casi cuatro años.
“FILOSOFANDO… O ALGO POR EL ESTILO”
-Por Carolina Rosado Aíza.
No hay mejor lugar para comenzar que el principio; por eso antes de iniciar me gustaría agradecerle a usted, lector constante, por darse el tiempo para compartir un poco de su saber con nosotros y gracias por leer con genuino interés lo que escribimo desde lo más profundo de mi ser.
Al escribir nos escribimos a nosotros mismos, y en las líneas de los demás encontramos nuestros deseos más profundos; a través de la escritura podemos plasmarnos aquél mundo utópico, donde todos somos hermanos, donde sin importar raza, color de piel o idioma; nos respetamos unos a otros, donde la tecnología nos ayuda a comunicarnos con nuestros semejantes en lugar de distanciarnos, donde la tolerancia y la solidaridad vienen al corazón del hombre sin esfuerzos, donde nos reinventamos con los valores humanos siempre presentes, donde nuestro ideal de bondad y calidad humana no es solo un ideal, es una realidad.
Pero de nada sirve escribir si no pensamos actuar.
El ser humano, es antes que nada un animal de costumbres, (se podría decir, en algunas ocasiones, que el hombre de costumbre es un animal, pero eso no es de relevancia ahora) y es muy sencillo aferrarnos a ciertas costumbres, o ideologías, y quedarnos estancados ahí. Esto es culpa de nosotros mismos, pero también es culpa de la sociedad -ya que tanto peca el que mata a la vaca como el que le jala la pata- puesto que la sociedad ha incitado este conformismo en el espíritu del hombre, muchos medios de comunicación, los gobiernos y la sociedad en general nos invitan a dejar las cosas como están, a no preguntar, a dejar el sistema como ya funciona “déjalo así está bien, no le muevas”.
Esto está arraigado a tal punto que no nos damos cuenta, hemos llegado a un punto en el cual hacemos las cosas por inercia, estudiamos porque sí, “creemos” en Dios, porque sí. No nos preguntamos el porque de las cosas y cada día está más lejos de nosotros nuestro modelo ideal.
No significa que cuestionemos cada pequeño movimiento que hagamos, o que dejemos de estudiar o creer en Dios, simplemente hay que buscarle un sentido; no tiene caso vivir viendo la vida pasar de largo, debemos encontrarle un sentido a todo lo que hagamos, pero si vas a creer en la silla, ten una buena razón para creer en ella.
Forma parte de algo, únete a un grupo apostólico o de acción social, ¿por qué?, porque aunque no lo parezca, ésas actividades te ayudan a poner las cosas en perspectiva, te impulsan a encontrar una razón, si tu quieres encontrarla.
Estamos acostumbrados a tomar los modelos tal cuales los hemos recibido de las generaciones anteriores; me viene a la memoria una anécdota, mas o menos reciente: Hace algunos meses era el momento de preparar el retiro del grupo apostólico del que formo parte, teníamos dos juntas a la semana para prepararlo, nos fue proporcionado el “esqueleto” del retiro del año pasado, puesto que se trata de seguir una misma línea de actividades, y recuerdo muy vivamente, a Beto López (uno de nuestros asesores de grupo) diciéndonos algo que espero nunca olvidar; “que se cuestionen, ¿por qué esta actividad está aquí?, ¿por qué dura este tiempo?, ¿cual es el objetivo de que halla un tema en este momento?, que tomen la base del retiro, que la lean, tómenla como guía y luego háganla a un lado y hagan un retiro nuevo”.
Tratemos de no olvidar la historia de la humanidad; nos ha enseñado bastante, pero no podemos seguir en las mismas, debemos de tomar lo bueno, cuestionarlo y desechar lo malo, para así construir nuestras propias vidas.
Siempre nos dicen que no existe la espontaneidad, que la originalidad está muerta, que todo se ha hecho antes, si es cierto, pero Tú nunca lo has hecho antes, y eso lo hace nuevo.
Creo que uno de los pilares sobre el cual se centran todos los temas que abarcamos en este semestre es la ética y el ser, humano. Si ser, humano; que no es lo mismo que un ser humano. El SER humano es vivir con ética, con valores, amar, respetar, ser solidarios, tolerarnos unos a otros; grande y fea palabra es la tolerancia, como ya había mencionado en otra ocasión, utilizo esa palabra puesto que no encuentro una mejor para describir la grandeza e importancia que tiene el entendernos y aceptarnos unos a otros.
“El siglo veintiuno es ético, o no será”, estas palabras quedarán grabadas en mi pensamiento por años – si dios me concede la dicha de conservar mi memoria mucho tiempo- y creo que es una frase que no se debe de perder de vista; es una alerta, es una enseñanza. O cambiamos nuestra forma de ser o terminamos de ser.
El amor creo que engloba a todos los demás valores y por lo tanto es el valor más preciado y difícil de ejercer; existe algo que me gusta llamar “amor al estilo de Jesús”, que es la caridad; puesto que “caridad” al igual que “amor” es una palabra muy maltratada, pisoteada y prostituida. La caridad es la expresión máxima del amor, es el amor totalmente desinteresado, no es darle dinero a la señora que se para afuera de Banamex pidiendo “caridad”, eso se llama limosna. La caridad es el amor por los demás expresado a través de acciones, implica sacrificio y humildad. Dentro de la verdadera caridad hay lugar para el perdón, para el sacrificio, para el respeto y la humildad, hay lugar para la templanza y la fortaleza, hay lugar para la magnanimidad (que es la grandeza de espíritu), para la solidaridad, la ecología, la tolerancia y la comunicación, para los demás, pero también para nosotros mismos.
Me gustaría concluir este trabajo puntualizando lo que creo que he aprendido:
1.- Creo firmemente que podemos cambiar el mundo si nos cambiamos a nosotros mismos y de este modo cambiamos nuestro entorno; si nosotros tratamos de ser éticos y mejores seres humanos, enseñando con nuestro ejemplo, probablemente logremos que las personas que nos rodean cambien, y sucesivamente lograremos un cambio en nuestro entorno; propongo comenzar con una sonrisa todos los días.
2.- Cuida el medio ambiente; este planeta es un regalo de Dios para todos nosotros, de la religión que seas, una fuerza superior lo creó y nos puso en él. Los animales, las plantas y los recursos del planeta son preciados, veámoslos como extensiones de nuestro cuerpo que hay que cuidar como propias.
3.- Interésate por tu próximo, lucha por los demás, puedes hacer pequeñas acciones como tratar de no perder el temperamento con tus familiares y tratando de entender a cada uno de ellos.
4.- Pon atención, debes de conocer tu entorno para poder desarrollarte en él, si pones atención sabrás diferenciar lo bueno de lo malo, podrás dar buen consejo y ser un buen amigo.
5.- Ante todo se ético, si todos procuramos desenvolvernos con rectitud, las cosas serían diferentes. Si de ti depende hacer algún bien o evitar algún mal, haz tu mayor esfuerzo por ello.
6.- Sobre todo ama, ámate a ti mismo, no puedes pretender amar a los demás si te tienes e pésimo concepto. Construye una buena autoestima y AMA.
7.- Nunca pases sobre los demás para obtener lo que quieres, se honrado, se sencillo, se humilde, cree en la bondad de la gente y se bondadoso aunque te llamen estúpido y anticuado.
8.- La utopía solo lo es si no la haces realidad; SI vale la pena luchar por la utopía de un mundo mejor; aunque en toda tu vida no la veas realizada sabrás que no te quedaste brazos cruzados y te dedicaste a algo mayor que tú y que vale la pena.
Como cualquier joven soy ligeramente egocéntrica y me creo humanista, estoy en contra del sistema pero soy conformista, creo que puedo cambiar el mundo pero no puedo decidirme a comenzar mi rutina de ejercicio. Soy un auténtico desgarriate, pero si no fuese así, no tendría diecinueve años.
7 de Diciembre de 2008