Miedo a no saber a donde vamos, a caminar sin un propósito fijo. Tener una vaga idea de lo que depara el futuro, pero nada es consistente. Miedo a que todos sepan para que están hechos y tu no. Miedo a quedarse atrás, a ver pasar la oportunidad sin siquiera darse cuenta de que ya se fue y no va a regresar. Miedo de sentirse incapaz, de sentir que no eres sobresaliente, a quedarse en la mediocridad. A sentir que no importa cuanto trate este puede no ser el camino correcto, que tal si lo que debo estar haciendo no es esto y está en otra parte.
Cual es el propósito de seguir adelante sin una guía, sin faro que seguir, navegando en la niebla con la esperanza de que si sigues adelante dando lo mejor de ti, la travesía terminará en la tierra prometida.
Pero hay que seguir adelante, porque esta incertidumbre es pasajera, o cuando menos eso es lo que te dices a ti mismo para callar esas dudas, porque sabes que mejores cosas vendrán, que un día verás la oportunidad y no la dejarás pasar. Porque dentro de ti, sabes que no es en vano, y que aunque la niebla es densa, el faro está adelante y tarde o temprano todo tendrá sentido.
Si todo termina y al final lo único que importa es cuanto amaste, ¿no es una terrible pérdida de tiempo el dejarse llevar por cosas banales?. Pero no podemos vivir de misiones y la vida religiosa no es para todos. Cómo conciliamos entonces el saber que lo único que importa es el amor y que todos tenemos un lugar en este mundo. Trabajamos para ganar dinero y en un futuro poder relajarnos y disfrutar de nuestra vejez; es un ciclo materialista pero necesario. A lo largo del camino lo que de verdad importa es Dios, la familia y los amigos.
Dios está en todas partes y en muchas ocasiones es difícil encontrarlo. Está de moda ser ateos, decir que Dios no existe y que todo es caos y casualidad. Pero Dios existe y aunque no puedo explicarlo y probablemente no podría argumentar lo contrario; no me cabe ninguna duda se su existencia, así como tampoco hay duda alguna de mi existencia.
Cómo explicar que Dios existe con tanta injusticia en el mundo, parecería ilógico pensar que un Dios que es amor podría crear toda una especia cuyo instinto más fuerte parecería ser el de autodestrucción. Como justificar que Dios se contenta con darnos libertad y hacerse a un lado para que nos matemos unos a otros.
Me gusta pensar que por cada mal-uso que le da el hombre a su libertad existe otro ser humano que aprovecha para hacer el bien. Pero no hay ningún dato científico que corrobore esto como cierto.
Solo se que como católica es muy difícil creer que somos una comunidad cuando gente de la misma religión es hipócrita. No hondeo bandera de cristiana por la vida, trato de que mis acciones hablen por si mismas. He visto gente que proclaman ser católicos a la primera oportunidad que tienen y con sus acciones arrastran el título de católico por los suelos. ¿Estoy mal? No doy sermones de como ser mejor, no trato de cambiar a las personas, eso ya lo dejé atrás, no te voy a convencer de que creas en Dios y no te voy a juzgar por no creer en el; pero no voy a dejar que generalices mi fe, en base a unos cuantos que se proclaman cristianos pero no viven como tales.
Las palabras se olvidan, las acciones también. Pero he descubierto que las acciones son mucho más elocuentes.
Somos volátiles. En lugar de tratar de ser mejores nos aferramos a las opiniones que los demás tienen de nosotros y a la vez juzgamos a todo aquel que es diferente. En el fondo todos somos iguales. ¿Será cierto? Porque con la vara que midas serás medido. Nos encanta hacernos a la víctima. Quien se encuentra como parte de una minoría exige respeto, pero al encontrarse con alguien diferente, con otra minoría ejerce el mismo juicio al que ha sido sometido. Nadie está libre de culpa. Pero pasamos horas destrozando a los demás, todos tenemos vicios y defectos, pero nunca más que el de a lado, o eso queremos creer.
Alegría. Alegría de vivir, de esperar lo mejor del mundo. Alegría para enfrentar cada día y saber que todo es posible y que aunque estemos en un lugar oscuro todo será mejor.
Ser joven es algo único, estamos llenos de energía, de ganas de vivir, de no querer morir. ¿Por qué nos desperdiciamos en excesos? Porque creemos que el exceso es vivir la vida al máximo, porque no pensamos que algún día tendremos setenta años y tendremos que vivir con las consecuencias de esos excesos.
Los atardeceres son mi parte favorita del día, ese momento en el que el cielo se pinta multicolor.
Y si nada de esto tiene sentido, mis más sinceras disculpas. No escribo para agradarte o para que me entiendas, escribo para escapar. Para escapar de una cabella llena de ideas, dudas y convicciones. Escribo porque las ideas ya no dan en mi cabeza. Escribo cuanto puedo y de la mejor manera. Escribo porque todos sentimos de manera similar, en algún aspecto, de alguna manera. Escribo porque las palabras son bellas y el lenguaje está a la mano. Escribo por tedio y por también por vanidad. Escribo porque no me gusta el sonido de mi voz; pero si el sonido de mis palabras.
-C.R.A